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Biden Tries to Reset Relationship with Mexican President

Biden intenta recomenzar en su relación con AMLO

WASHINGTON (AP) — As President Joe Biden looks to dismantle the last administration’s hardline immigration agenda, he worked on Monday, March 1, to build a partnership with someone who found an unexpected understanding with Donald Trump: Mexican President Andrés Manuel López Obrador.

Biden and López Obrador met for a virtual bilateral meeting, with immigration, the coronavirus pandemic and climate issues on the agenda. Looming large was how the two leaders would get along in what has become an increasingly complicated relationship.

“We haven’t been perfect neighbors to each other,” Biden acknowledged in brief remarks at the start of his video conference meeting with the Mexican president.

López Obrador, for his part, told Biden that he was thankful that the new president was “willing to maintain good relations for the good of our people in North America.”

The Mexican president also gave a wink to a rueful observation attributed to José de la Cruz Porfirio Díaz Mori, the Mexican general who served seven terms as the country’s president, about the two countries’ relationship: “Poor Mexico, so far from God, so close to the U.S.”

“I can now say ‘It’s wonderful for Mexico to be close to God and not so far from the United States’” López Obrador said.

Lopez Obrador came to the meeting with his own checklist of priorities, including pressing Biden to give pharmaceutical company Pfizer permission to sell his country vaccine produced in the United States, something that Canada has also requested from the White House.

Ahead of the meeting, White House officials reiterated that Biden remained focused on first vaccinating U.S. citizens before turning his attention to assisting other nations. Biden, in a brief exchange with reporters at the start of the meeting, said the two leaders would discuss vaccines.

The two sides following the meeting issued a joint statement pledging greater cooperation on addressing migration, the coronavirus pandemic, and climate change. The Mexican government in a separate statement added the two sides also agreed to crack down on migrant trafficking.

Relations with Biden will be much more complex and multi-faceted than they were with Trump.

The effort to reset the U.S.-Mexico relationship under Biden comes as a flood of migrants have rushed to the border since his victory in November.

Biden has backed a bill to give legal status and a path to citizenship to the estimated 11 million people living in the country illegally. Biden also broke with Trump by supporting efforts to allow hundreds of thousands of people who came to the U.S. illegally as young children to remain in the country.

Ahead of the meeting, López Obrador also floated a proposal for a Bracero-style immigrant work visa program for 600,000 to 800,000 Mexican and Central American workers annually.

Asked about the Mexican president’s proposal, White House press secretary Jen Psaki said that reinstituting the Bracero program would require action by Congress.

The original Bracero program allowed Mexicans to work temporarily in the United States to fill labor shortages during World War II and for a couple of decades after the war. López Obrador said the U.S. economy needs Mexican workers because of “their strength, their youth.”

On Monday, López Obrador added that his new proposal would be a program not only for agriculture workers but for other sectors and professionals.

ESPAÑOL:

WASHINGTON (AP) — El presidente Joe Biden, que ha estado trabajando para desmantelar la dura agenda de inmigración del gobierno anterior, intenta ahora construir una relación de colaboración con alguien que tuvo un inesperado entendimiento con su predecesor Donald Trump: el mandatario mexicano Andrés Manuel López Obrador.

Biden y López Obrador se reunieron el lunes, 1 de marzo, de manera virtual para tratar una agenda que incluía la inmigración, la pandemia del coronavirus y el cambio climático. Aún está por verse cómo se llevarán los dos dirigentes en una relación que se ha vuelto cada vez más complicada.

“No hemos sido vecinos perfectos el uno del otro”, reconoció Biden en unos breves comentarios al comenzar el diálogo con su homólogo mexicano.

En tanto, López Obrador le dijo a Biden que estaba agradecido de que el nuevo presidente está “dispuesto a que mantengamos buenas relaciones… por el bien de nuestros pueblos”.

El presidente mexicano también mencionó una frase atribuida al general Porfirio Díaz, que gobernó el país durante siete períodos, sobre la relación entre ambas naciones: “Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”.

“Y ahora puedo decir: ‘Bendito México, tan cerca de Dios y no tan lejos de Estados Unidos’”, señaló.

López Obrador llegó a la reunión con su propia lista de prioridades, incluido presionar a Biden para que le dé permiso a la farmacéutica estadounidense Pfizer de venderle a México su vacuna contra el coronavirus producida en Estados Unidos, algo que Canadá también le ha solicitado a la Casa Blanca.

Previo a la reunión, funcionarios de la Casa Blanca reiteraron que Biden seguía enfocado en inocular primero a los estadounidenses antes de poner su atención en ayudar a otras naciones. El mandatario, en un breve diálogo con reporteros al principio de la reunión, señaló que los dos dirigentes hablarían sobre las vacunas.

Después de la conversación, ambas partes emitieron un comunicado conjunto en el que se comprometieron a incrementar su cooperación para atender la inmigración, la pandemia y el cambio climático.

Las relaciones con Biden serán mucho más complejas y multifacéticas de lo que fueron bajo el mando de Trump.

Desde que Biden ganó las elecciones en noviembre, una ola de migrantes ha viajado a la frontera entre ambas naciones.

Biden ha respaldado una iniciativa para dar estatus legal y proporcionar un camino para obtener la ciudadanía a las aproximadamente 11 millones de personas que viven en Estados Unidos de manera ilegal. El mandatario también se alejó de Trump al apoyar las gestiones para permitir que cientos de miles de personas que llegaron al país cuando eran niños permanezcan en la nación.

Previo a la reunión, López Obrador también mencionó una propuesta para un programa de visados de trabajo para inmigrantes, tipo “Bracero”, que permitiría que entre 600.000 y 800.000 trabajadores mexicanos y centroamericanos ingresen a Estados Unidos al año.

Cuando le preguntaron sobre la propuesta del presidente mexicano, la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo que reinstituir el programa Bracero requeriría la intervención del Congreso.

El programa Bracero original permitió que los mexicanos trabajaran de manera temporal en Estados Unidos para aliviar la escasez de mano de obra durante la Segunda Guerra Mundial y en un par de décadas posteriores a la guerra. López Obrador señaló que la economía estadounidense necesita a los trabajadores mexicanos por su fuerza y juventud.

El mandatario mexicano añadió el lunes que su nueva propuesta sería un programa que no sólo incluiría a los trabajadores agrícolas, sino que abarcaría otros sectores y profesionales.

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