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VIOLENCIA DOMÉSTICA EN LA COMUNIDAD HISPANA/LATINX

DOMESTIC VIOLENCE IN THE HISPANIC/LATINX COMMUNITY

 

Por Inés Negrette

Fundadora y directora ejecutiva de CasaLuz

 

La violencia doméstica es un flagelo que afecta de manera muy profunda la vida de sus víctimas y sus familias, ya sea a través del abuso físico, emocional, sexual, digital o financiero. La violencia doméstica es un crimen que está causando estragos dentro de las familias en todo el mundo y, por supuesto, también en las familias hispanas/latinx en los Estados Unidos. Es importante tener presente que la violencia doméstica no distingue raza, sexo, edad, nacionalidad, estado financiero o nivel de educación, ya que afecta de igual manera a quienes sufren las consecuencias de este crimen.

La violencia doméstica es el crimen menos reportado a nivel mundial; por ello, aunque las estadísticas muestran que 1 de cada 4 mujeres ha sido víctima de violencia doméstica alguna vez en su vida, queda claro que el porcentaje verdadero es mucho más alto. También cabe destacar que dentro de la comunidad hispana/latinx el porcentaje es mayor, ya que 1 de cada 3 mujeres latinas ha sido víctima de violencia doméstica. Las/los jóvenes latinas(os) que habían sido alguna vez sexualmente abusadas(os) por alguien que no era su pareja eran más propensas(os) a haber tenido experiencias de violencia física en una relación íntima de pareja (National Latin@ Network-Casa de Esperanza).

Un estudio de 1990 sobre violencia en familias hispanas en los Estados Unidos encontró niveles más altos de abuso de pareja en latinos que en poblaciones blancas –23% contra un 15% (Straus, M. A. & Smith, C. 1990 – Violencia en familias hispanas en los Estados Unidos: tasas de incidencia e interpretaciones estructurales). El 48% de las latinas en un estudio informó que la violencia de su pareja contra ellas había aumentado desde que emigraron a los Estados Unidos (Dutton, Mary; Leslye Orloff y Giselle Aguilar Hass. 2000 – “Características de los comportamientos, recursos y necesidades de servicios en busca de ayuda de las latinas inmigrantes maltratadas: implicaciones legales y políticas”).

Los porcentajes de reportes de violencia doméstica son menores en los inmigrantes mexicanos (13.4%) que para personas de ascendencia mexicana nacidas en Estados Unidos (16.7% – Aldarondo, Kantor y Jasinski, 2002). Las mujeres inmigrantes (incluyendo las latinas) que están casadas tienen más posibilidades de experimentar violencia doméstica que las mujeres solteras (Dutton, Orloff y Hass, 2000).

También sabemos que el fantasma de la deportación impide denunciar muchos episodios de violencia doméstica. Además del miedo a perder los hijos, miedo a represalias si buscan ayuda, vergüenza a que familiares y amigos se enteren de lo sucedido, también a menudo los abusadores usan el estatus migratorio de sus parejas como un instrumento para ejercer control sobre ellas y presionarlas a permanecer en la relación abusiva. Aunque muchas familias latinas en Estados Unidos sobreviven a esta odisea, y aunque es una situación que las comunidades conocen, también podemos notar que en muchos casos las autoridades ignoran la gravedad de la situación y por ello no están  al tanto de las muchas barreras y retos que enfrentan las víctimas cuando tratan de salir de una relación abusiva, y que la suma de los temores construye un muro entre las víctimas, las fuerzas del orden público (la policía) o cualquier otra institución de ayuda.

Con relación a la violencia doméstica durante el embarazo, en una muestra de más de 300 mujeres latinas embarazadas, la violencia doméstica se reportó como un 10% de abuso físico y un 19% de abuso emocional (Martín y García, 2011). En línea general, la violencia doméstica es una constante amenaza a la salud de la mujer, pero los riesgos incrementan durante el embarazo, y mucho más si se tienen enfermedades preexistentes como la diabetes o la hipertensión.

También las jóvenes embarazadas entre los 13 y 17 años están más propensas a ser víctimas de violencia doméstica, y más aún si el embarazo no fue planificado, ya que la violencia puede incrementar. También debemos tomar en consideración si el embarazo fue producto de la misma violencia o de la prohibición al uso de métodos contraceptivos.

El abuso físico durante el embarazo es un atentado a la vida de la madre y a la del bebé, ya que muchas veces la violencia va dirigida al área abdominal, además de las partes privadas o la cabeza; y eso puede resultar en un embarazo de alto riesgo, con sangrado vaginal, falta de cuidado prenatal, aborto espontáneo, entre otros. La mujer embarazada que sufre de violencia por parte de su pareja tiene un mayor riesgo de sufrir depresión, estrés e incluso adicciones. Los efectos psicológicos de la violencia doméstica durante el embarazo pueden afectar severamente el desarrollo del bebé. También, es muy probable que un hombre que golpea a su pareja embarazada también pueda agredir a los hijos.

Según información publicada por saludpublica.mx, podemos notar que: “En países donde se ha estudiado más a fondo sobre la relación entre violencia doméstica y embarazo, se ha descubierto que las mujeres embarazadas que son violentadas están en mayor riesgo de abortar espontáneamente, son cuatro veces más propensas a tener productos de bajo peso y sus hijos tienen 40 veces más riesgo de morir en el primer año de vida. La prevalencia de violencia doméstica durante el embarazo comenzó a estudiarse hace poco más de 10 años y las cifras muestran una variación entre el 4 y el 17% según el tipo y la edad de la población estudiada (18-23). En Estados Unidos, en una cohorte de mujeres afroamericanas, hispanas y blancas, McFarlane encontró una prevalencia del 20.6% en las más jóvenes. La excepción a estos datos está constituida por un grupo de mujeres embarazadas estudiadas por O’Campo y colaboradores, quienes presentaron un 65% de violencia física o verbal durante el embarazo, Bewley y Gibbs han sugerido que la violencia doméstica durante el embarazo puede ser más común que la diabetes o la placenta previa”.

En resumen, y basándonos en la información antes mencionada, si queremos construir una comunidad hispana/latinx fuerte y próspera, debemos poner de nuestra parte y entender la gravedad del crimen y de los muchos efectos que pueden dejar consecuencias permanentes en las vidas de las víctimas y sus hijos. La violencia doméstica es un crimen y debe ser reportado. Recuerda y ten siempre presente que tienes derecho a ser feliz y a vivir una relación de pareja estable y saludable en donde reine el amor, la armonía y el respeto mutuo.

 

* Este artículo ha sido presentado en colaboración con Planned Parenthood Tennessee and North Mississippi. 

* Si estás viviendo una relación abusiva o si no estás segura(o) de si eres o no víctima de violencia doméstica, llámanos para obtener más información. En CasaLuz brindamos asistencia legal, acompañamiento a las cortes y solicitud de órdenes de protección en nuestra oficina. Además, asistimos a los clientes con los reportes de policía; les damos información sobre sus derechos legales; les damos asistencia al aplicar por compensación de víctimas; les damos información sobre el ciclo y la dinámica de la violencia; facilitamos el acceso y damos referimientos para servicios sociales; ofrecemos grupos de apoyo semanales, así como consejería individual para adultos y niños; damos referimientos para servicios legales civiles y de inmigración gratuitos; y proveemos educación comunitaria brindando presentaciones educativas sobre concientización sobre la violencia doméstica, la prevención del crimen y otros temas de interés. Todos nuestros servicios son gratuitos y confidenciales. 

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