El estado de la salud mental en la población latinoamericana en el Medio Sur
The State of Mental Health in the Latin American Population in the Mid-South
Por Adriana Elizabeth Ibarra Loya
Editado por José Guadalupe Gasca Aguirre
Cada vez escuchamos que la salud mental, en general, ha disminuido. Se ha incrementado el número de personas y agravado las consecuencias por no atenderla a tiempo. Quienes acuden a atenderse a tiempo, han podido recuperar su salud mental, y por tanto mejorar su situación personal, familiar, económica y social.
Desde hace 8 años, como terapeuta clínica he atendido, a cientos de hombres, mujeres, y familias con bajos ingresos, sin NSS, ni aseguranza, como parte del equipo de Alliance Health Services, dentro del Church Health.
El impacto en la salud mental de la comunidad latina se ha agravado en los últimos años. Cada vez es mayor el número de personas que presentan síntomas de depresión, ansiedad, angustia, estrés postraumático, que genera enfermedades físicas, afectando directamente la economía, estabilidad y bienestar de la familia.
Desde hace 8 años, como terapeuta clínica he atendido, a cientos de hombres, mujeres, y familias con bajos ingresos, sin NSS, ni aseguranza, como parte del equipo de Alliance Health Services, dentro del Church Health.
Los factores que influyen en la población con estas características están relacionados con las razones por las que decidieron moverse de su lugar de origen, las condiciones y situaciones que vivieron durante el camino para llegar, y cómo se han establecido en este país.
Para muchos de ellos regresar a sus hogares no es una alternativa, debido a las condiciones políticas, económicas y sociales, por lo que tienen una percepción psicoemocional al sentir que todo se ha perdido y que no hay posibilidad de regresar.
Además, en este país se encuentran entre otras dificultades la complicación para comunicarse en inglés, la generación de ingresos económicos, acceder a los servicios ofrecidos por organizaciones; la convivencia multicultural; el desconocimiento de las leyes, reglamentos, y las normas sociales no escritas, que rigen la conducta de la ciudadanía. En términos de salud mental, los migrantes presentan afectaciones debido a sufrimiento por trato cruel, humillación, opresión social, abuso laboral, experiencias de acoso en las escuelas, persecución policial y discriminación por color de piel e idioma, y se tendría que agregar el estrés y la agonía ante las políticas de inmigración del gobierno.
A nivel comunitario se puede apreciar una mayor fragmentación social, aislamiento, indiferencia, poca participación política, social y cultural. Esto es consecuencia de la desvalorización de su idioma, cultura, fe, religiosidad, tradiciones, creencias, rituales y celebraciones por parte de una sociedad que los aliena, rechaza y valora el desarrollo material sobre el humano.
La mejoría de la salud mental de las personas se debe a su compromiso individual con el tratamiento, el respaldo de su familia, y su inserción a la vida comunitaria.
Ante la situación del deterioro de la salud mental es importante que la familia y la comunidad, generen dinámicas que fortalezcan la dignidad de cada persona, recuperen sus sueños, que prioricen procesos de cohesión social, integración de la cultura y el lenguaje en espacios públicos, y el desarrollo social. Para lograrlo se requiere de herramientas como la empatía, la compasión, la escucha activa, el entendimiento de la historia de las personas.
A nivel terapéutico es importante orientar las estrategias de atención: evitar patologizar a la población atendida, contribuir a un cambio sistémico de aquello que daña a la población, y expandir los criterios y mirada con más compasión en los grupos que han sido histórica y actualmente, violentados.
English:
We hear more and more about how mental health in general has declined. The number of people has increased and the consequences of not seeking care in time have worsened. Those who seek care in time have been able to recover their mental health and therefore improve their personal, family, economic and social situation.
For 8 years, as a clinical therapist, I have treated hundreds of men, women and families with low incomes, without NSS or insurance, as part of the Alliance Health Services team, within Church Health.
The impact on the mental health of the Latino community has worsened in recent years. The number of people who present symptoms of depression, anxiety, anguish, post-traumatic stress, which generates physical illnesses, directly affecting the economy, stability and well-being of the family, is increasing.
For 8 years, as a clinical therapist, I have treated hundreds of men, women and families with low incomes, without NSS or insurance, as part of the Alliance Health Services team, within Church Health.
The factors that influence the population with these characteristics are related to the reasons why they decided to move from their place of origin, the conditions and situations they experienced during the journey to get there, and how they have established themselves in this country.
For many of them, returning to their homes is not an option, due to the political, economic and social conditions, so they have a psycho-emotional perception of feeling that everything has been lost and that there is no possibility of returning.
In addition, in this country, among other difficulties, there are the difficulty of communicating in English, generating economic income, accessing the services offered by organizations; multicultural coexistence; ignorance of the laws, regulations, and unwritten social norms that govern the conduct of citizens. In terms of mental health, migrants present problems due to suffering from cruel treatment, humiliation, social oppression, labor abuse, experiences of harassment in schools, police persecution and discrimination based on skin color and language, and stress and agony due to the government’s immigration policies should be added. At the community level, we can see greater social fragmentation, isolation, indifference, and little political, social, and cultural participation. This is a consequence of the devaluation of their language, culture, faith, religiosity, traditions, beliefs, rituals, and celebrations by a society that alienates them, rejects them, and values material development over human development.
The improvement of people’s mental health is due to their individual commitment to treatment, the support of their family, and their insertion into community life.
Given the situation of deteriorating mental health, it is important that the family and the community generate dynamics that strengthen the dignity of each person, recover their dreams, prioritize processes of social cohesion, integration of culture and language in public spaces, and social development. To achieve this, tools such as empathy, compassion, active listening, and understanding of people’s history are required. At the therapeutic level, it is important to guide care strategies: avoid pathologizing the population served, contribute to a systemic change of that which harms the population, and expand criteria and a more compassionate view of groups that have historically and currently been violated.
Photo: GoodRx