CollaboratorsLucas DavisMid-South

Futuros distópicos: ¿No tan lejanos?

Dystopian Futures: Not So Remote?

 

Por Lucas Davis

Para La Prensa Latina

 

Si bien “Children of Men” (Niños del Hombre, en español) salió en el 2006, el thriller distópico del director Alfonso Cuarón y su crítica hacia tendencias actuales del poder político no se han hecho sino más relevantes. Retratando un mundo donde de golpe las mujeres han quedado infértiles, el poderoso largometraje de Cuarón sigue la odisea de un hombre de mediana edad, Theo, que lucha por trasladar a una mujer milagrosamente embarazada, Kee, al Proyecto Humano, una fundación médica. Es un destello de esperanza en un mundo brutal. El futuro de la raza humana depende de Kee y su hijo. “Niños del Hombre” es una dura advertencia contra el aprovechamiento de las crisis para imponer la injusticia.

Como director, Cuarón atiende con esmero la composición cinematográfica. Impresiona su uso tanto de primeras planas como fondos en la mayoría de sus tomas, medio eficaz para señalar elementos contrastantes en su sociedad distópica. Theo llega a la casa de su primo: vemos deslizarse su lujoso Bentley por las calles de Londres -mientras, de fondo, se ve a miles de refugiados brutalmente reprimidos por policías militares. Los televisores proyectan imágenes de ciudades globales en caos, seguidas de la frase: “Sólo Gran Bretaña sigue para adelante”. Pero esa Gran Bretaña es gobernada por la fuerza. Los refugiados que logran llegar allí son perseguidos por el estado inmediatamente. “Niños del Hombre” explora la brutalidad de un mundo distópico, y también cómo las crisis pueden servir a fines políticos.

El lente de Cuarón sabe conectar. Como cada toma está compuesta de una dualidad, vemos injusticia y desigualdad, así como también la reacción a ellas. El poderoso mensaje del filme, el de pensar antes de reaccionar, viene muy al caso cada vez que se hable de deportar a refugiados. El thriller futurista de Cuarón es una fuerte crítica a la manipulación del miedo con fines políticos, técnica a la que debemos prestar mucha atención.

 

¿Preguntas o comentarios? Escriba a Lucas@laprensalatina.com

 

ENGLISH:

 

Though released in 2006, Alfonso Cuarón’s dystopian thriller “Children of Men” and its critique of current trends in authority have only become more relevant since. A world where women have suddenly become infertile, Cuarón’s powerful film follows a middle aged man, Theo, and his quest to deliver a pregnant woman, Kee, to The Human Project, a medical foundation. A ray of hope in the middle of a brutal world, the survival of the human race rests upon Kee and her child. “Children of Men” delivers a powerful warning about the use of crises to enact political injustice.

A director highly focused on shot composition, Cuarón utilizes both the foreground and background in most of his shots to contrast elements of his dystopian society. As Theo arrives to his cousin’s, the camera follows his polished Bentley gliding down London streets. Yet in the background, thousands of refugees are brutalized and repressed by military police. Television screens feature film of world cities in chaos, followed with the phrase “Only Britain soldiers on.” Yet the Britain we see is ruled by force. The refugees that are able to make it to Britain are hunted by the state on arrival. “Children of Men” not only explores the brutality within the dystopian world but also shows how crisis can serve political ends.

Cuarón’s lens truly is a connector. As each shot is composed of a duality, the viewer not only sees injustice and inequality, but also the reaction towards it. A powerful warning to think before reacting, the cruel world of “Children of Men” comes to mind whenever people speak of deporting refugees. Cuarón’s dystopian thriller presents a strong critique of fearmongering in politics, a popular tactic that must be paid attention to.

 

Questions or comments? Email Lucas@laprensalatina.com

 

 

 

 

 

Related Articles

Back to top button