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Recomendaciones de cine hispano: Roma (2018)

 

Recommendations for Latin American Films: Roma (2018)

 

Por Vania Barraza Toledo

Profesora de español en la Universidad de Memphis

 

En la playa, muchas veces se nos olvida escuchar el sonido del mar. Las olas, su ruido y el viento se encuentran ahí, pero no les prestamos mayor atención. Su presencia se da por contado. No obstante, un paseo por la costa no tendría sentido sin el rumor de las aguas del borde marino.

En Roma, Alfonso Cuarón invita a los espectadores a desplazar el oído y la mirada hacia situaciones y personajes que resultan invisibles para la sociedad. Cuarón se centra en Cleo (Yalitza Aparicio), una indígena mixteca que trabaja como empleada doméstica en la casa de una familia de clase media alta de la colonia Roma, en el México D.F. de principios de los años setenta.

Los padres de cuatro niños se encuentran en proceso de separación. Sin embargo, no es el quiebre matrimonial el conflicto que guía la película, sino las vicisitudes de la joven Cleo quien actúa como espectadora de la crisis familiar y protagonista de su propia historia.

Roma es una experiencia sensitiva y emocional. Filmada en blanco y negro, la película es un viaje al pasado que hace confluir forma y contenido: las imágenes se detienen en detalles, en la contemplación de situaciones menores, así como en actores –aparentemente– secundarios en el devenir histórico. A pesar de su marginalidad, la historia se escribe junto a estos individuos y espacios: en la intimidad de esos niños criados por muchachas un poco mayores que ellos mismos, entre mujeres solas y abandonadas, en los rotativos cinematográficos de los días domingo, en los entrenamientos paramilitares de las barriadas, en La Masacre de Corpus Christi de 1971. Por tal motivo, aunque para algunos puede tratarse de un largometraje lento y pausado, Cuarón le ‘enseña’ al público (le muestra y educa, a la vez) una manera de observar la realidad que nos circunda.

Por esto, Roma evita la mirada condescendiente y paternal sobre los grupos indígenas y las clases populares. En cambio, a través de los afectos, el director ofrece nuevas coordenadas para entender el cine social.

 

ENGLISH:

 

At the beach, we often forget to hear the sound of the sea. The waves, their noise and the wind are there, but we do not pay much attention to them. They are taken for granted. However, a trip to the coast makes sense thanks to the sounds of the seashore.

In Roma, Alfonso Cuarón invites viewers to pay attention to the situations and characters that are invisible to society. Cuarón focuses on Cleo (Yalitza Aparicio), a Mixtec indigenous woman who works as a maid for a middle-class family in the Roma neighborhood of Mexico City, in the early ‘70s.

The parents of four children are getting a separation. Nevertheless, the film does not revolve on the marital crisis but on young Cleo’s own history.

Roma is a sensitive and emotional experience. Filmed in black and white, the movie is a journey to the past connecting form and content. The images focus more on the details and minor situations; correspondingly, the plot concentrates in, apparently, supporting (secondary) characters. History is written together with these marginal individuals and spaces: with abandoned women, children raised by young girls, movie days, the slums’ paramilitary trainings, and the Massacre of Corpus Christi (1971). For this reason, although it may be a slow film for some, Roma shows spectators how to observe the reality that surrounds us.

Ultimately, Cuarón avoids patronizing indigenous groups and popular classes. Instead, through affections, the director offers a new version of social cinema.

 

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